Elqui Opinión

De otro mundo

Por: Cristián Brito Villalobos; Escritor

Hace unos días los medios de comunicación de todo el mundo informaron que existe agua en el planeta Marte. Esto, que en sí mismo no dice mucho, sí permite creer que en rigor es vida lo que el planeta rojo alberga. 2015 es entonces un año que marca un hito dentro de la historia de la humanidad. Estamos presenciando un hecho trascendente, tan relevante como la llegada del hombre a la luna. Todo esto parece surrealista. Como una novela de ciencia ficción. Entonces se asoma la literatura. Múltiples autores se adelantaron a los hechos y dieron pistas e imágenes de lo que hoy presenciamos. Cómo no recordar entonces escritores como H.G Wells, Verne, Edgar Allan Poe, Ray Bradbury o Philip K. Dick, por citar sólo algunos, que dentro de su imaginativa soñaron despiertos y se adelantaron en describir lo que hoy vemos. Se desprende por consecuencia que el ejercicio escritural, en cuanto al manejo de la ficción y a la visión futurista se refiere, podría resultar un gran esfuerzo para el autor ya que apenas se concibe lo que ahora observamos y por añadidura se evidencia que nuestro poder de asombro se debilita y nos hace creer que el tiempo corre demasiado rápido, o que quizás  se deba a que  habitamos un mundo que gira en una época particularmente vertiginosa, donde la velocidad de acción debe ser imperativamente tan veloz como los acontecimientos e ir a la par de los hechos. Es aquí donde el engranaje irreemplazable de la máquina es la palabra. Sin embargo, al creador,  y en particular al escritor de ciencia ficción, se le abre desde ahora múltiples  tópicos de contenido y, así como hoy somos testigos de la presencia de agua en Marte, en adelante el real hito en lo literario es que la ficción no tiene límites más que los autoimpuestos y asimismo se evidencia que cada vez es más tenue la línea que separa lo irreal de lo real. Marte y la posibilidad de vida en él literariamente hablando, se presentan ahora  como los conocidos pies forzados que se dictan en talleres literarios donde los participantes escriben un texto en base a una historia previamente dictada, pero que el escritor debe moldear y continuar. Ya los sabemos, hay agua en Marte y no es de extrañar que también exista vida. Mientras tanto todo lo que aún no sabemos del planeta queda en el plano de la ficción. Si es tan importante que exista vida en Marte para el hombre, me imagino que se debe a que éste como especie es consciente de que nuestro planeta no podrá germinarla a futuro por los diversos daños que el hombre le ha ocasionado. Pero eso queda en especulaciones o, mejor aún,  en un nuevo pie forzado: imagine cómo será la vida en otro mundo y describa la manera de vivir de una familia chilena de clase media ordinaria en Marte. El escritor tiene la palabra.

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