Entrevistas

Sebastián Órdenes: “Los colegios no estaban preparados para asumir el desafío de la crisis sanitaria”

Uno de los autores y coordinadores del libro Profesores en tiempos de pandemia admite las dificultades que durante los primeros 5 meses tuvieron los docentes para adaptarse a las complejidades de la crisis sanitaria

Sebastián Órdenes es docente de historia del Colegio Inglés de La Serena y junto a su colega de filosofía, Miguel Ángel Rossel, quisieron registrar el impacto de la pandemia en los cinco primeros meses entre los educadores. Así nació el libro Profesores en tiempos de pandemia que evidencia las problemáticas, desafíos y experiencias pedagógicas a raíz de la crisis sanitaria desde la mirada de docentes de todo el país.

El texto será presentado el miércoles 20 de abril de 2022 a las 13:00 horas en la Feria del Libro de La Serena. El evento es financiado por el Fondo del Libro Convocatoria 2021 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio y es producido íntegramente por la Municipalidad de La Serena. Esta versión lleva el lema “Leer es sanar. Profesora Oriana Mondaca”, en homenaje a la recientemente fallecida docente y escritora.

Docentes de Iquique a Puerto Montt redactaron un ensayo de 1.500 palabras relatando sus experiencias, y, al final, se seleccionaron a 30 profesores. El ejemplar es prologado por los premios nacionales Jorge Pinto y Sergio González, “refleja cómo los docentes podrían innovar y adaptar durante los primeros meses para no quedarse fuera del sistema y subirnos a esta ola que era compleja. Recibimos historias de colegios del campo, municipales, privados, de todo, que al final quedaron plasmadas en este libro Profesores en tiempos de pandemia”, señala Órdenes.

¿Su percepción final es que en el inicio de la pandemia había terror y temor por la irrupción de lo online en la educación?

“Después de hacer toda la revisión de los textos que se lograron recolectar hay distintas formas de ver estos cambio. Hay quienes lograron subirse a ellos a través de las tics, zoom, y otros que no tuvieron la cercanía con internet porque estaban en el campo buscaron otras formas de llevarles sus enseñanzas a los niños. Hubo de todo, a algunos se les complicó más que a otros, pero debieron adaptarse sí o sí a las realidades escolares. Igualmente hubo profesores que debieron financiar internet para sus alumnos. Eso lo cuentan los docentes en distintos puntos de vistas en este texto y que lo vamos a detallar en la Feria del Libro de La Serena”.

PELIGROSO RETROCESO

Actualmente los autores están pensando en la elaboración de una segunda parte donde abordarán las conclusiones de los últimos meses de la pandemia y cómo finalmente se lograron adaptar. “Nos estamos dando cuenta que hay algunos colegios que están volviendo nuevamente a retroceder. Colegas nos advierten que algunas escuelas están saliendo de la pandemia retomando ciertas prácticas que hacíamos antes, y se vuelve, por ejemplo, a las reuniones presenciales, cuando se demostró que algunos temas como reuniones con apoderados y alumnos se pueden resolver online desde las casas”.

¿El gran debate es si los años de pandemia hicieron retroceder a la educación ampliando la brecha entre los privados y educación pública?

“El pilar fundamental fue el tema del internet y lejos fue el mayor facilitador que tuvieron la mayoría de los alumnos, y, donde no había, los colegios debieron ajustarse a lo que existía, como llevar los cuadernos y libros a las casas, creciendo las diferencias que había  entre colegio y colegio”.

¿Los docentes se terminaron por adaptar al tema online o las clases debieran retomarse en forma presencial?

“Esas son discusiones que todavía están, como el planteamiento de que era necesario y justo volver a vernos las caras, pero, a lo mejor, no en un 100 %, por eso decía que había colegios que regresaron atrás volviendo a la normalidad con todo presencial porque necesitamos que los niños se vean las caras, pero hay elementos que se podrían haber rescatado muy bien, pero se están perdiendo”.

¿Fue cierto que las mayores quejas de las clases online es que los docentes debían estar a disposición de los colegios casi todo el día, lo que generaba estrés en los  educadores?

“Todo se fue amoldando a través del tiempo. Los colegios, desde las rectorías hacia abajo, no estaban preparadas para asumir este desafío, pero se fueron ajustando a los meses y algunos lo hicieron muy bien y otros no lo pudieron concretar. Los que lograron materializarlo o tenían más recursos o los directivos están en la era online y entendieron que sus cuerpos docentes también tenían familias y no había que saturarlos. Aunque también vi profesores estresados haciendo cápsulas de videos y poco menos había que convertirse en un circo para hacer clases online, entretener a los niños y poder educarlos y tratar de captar su atención, lo que fue muy complejo y a esos profesores les pasó la cuenta y se vio reflejado  en las licencias médicas”.

¿La investigación reflejó  igualmente que con la pandemia algunos sostenedores pensaron  que se podrían ahorrar recursos por la no presencialidad?

“Claramente había bastante ahorro en algunas cosas, pero también dependía de la realidad de los colegios. En el caso de los particulares les costó bastante, incluso, había posibles quiebras, porque como los apoderados no estaban recibiendo el servicio completo contratado en marzo (2021 o el 2020) comenzaron a juzgar el sistema que se estaba aplicando, menos clases, solamente en la mañana, por lo que más que un ahorro fue un problema”.

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