Elqui Opinión

Por una buena vida

Por: Patricia Salinas Moran; Licenciada en Derecho; Mediadora Familiar

El desafío de cada día de las mujeres y hombres  que trabajan fuera del hogar es poder encontrar la manera de logra un equilibrio entre familia y trabajo, de manera que los beneficios económicos y de realización personal que conlleva el trabajo vayan a la par con otros tendientes a mejorar nuestras condiciones de vida.

Muchas mujeres y Hombres  que ingresan al campo laboral y quieren ser exitosos en él,  se encuentran limitados y  a veces marginados del mundo del trabajo, con horarios incompatibles con una vida personal, con su pareja o con su vida familiar y cuidado de sus hijos. El tema del cuidado de los hijos es muy complejo para los padres, resulta culturalmente  más exigido a las mujeres, a quienes aún se le asigna con mayor fuerza su rol de madre y cuidadora de sus hijos.

 Este Rol en una sociedad en constante cambio y donde debe velar por el pleno respeto de los Derechos de las Mujeres, está siendo desplazado por una asignación de roles democrática y equitativa donde hombres y mujeres queremos participar en la vida privada y también en la Publica de la sociedad que nos toca vivir.

 Se requiere por lo tanto de instar a cambios culturales y legales de estos Roles estructurados, que representan la inequidad y que tienden a perpetuar privilegios masculinos y una sociedad machista y patriarcal, base de la Violencia contra la Mujer.

Es una realidad, las mujeres estamos cada día más presente en el desarrollo económico y laboral de nuestro País; para ello no solo necesitamos parejas comprometidas, que  compartan los roles de la crianza, sino que requerimos de una  Institucionalidad adecuada, que hagan compatible el trabajo de hombres y Mujeres.

Sin duda los tiempos han cambiado, hasta hace una generación las mujeres se dedicaban al cuidado del hogar y nadie se preocupaba mayormente de sus necesidades; se le negaron sus derechos a realizarse como personas y a decidir si querían dedicarse al hogar o salir al campo laboral. Pero por sobre todo nos empobreció, al negar al 50% de la población el derecho a Participar y entregar su valioso aporte a la Sociedad.

Actualmente tanto el hombre como la mujer trabajan fuera del Hogar, pero seguimos con normas laborales que no contemplan las nuevas realidades; las estructuras de trabajo son aun  de otro siglo, parten  de una idea discriminadora hacia la mujer, poco inclusiva y humana. Se ha perdido el sentido de lo que debe ser el trabajo y de  cómo llevarlo a cabo para ser la nuestra una BUENA VIDA.

 

 

 

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