Elqui Opinión

La realeza del chocolate

Por: María José Correa; Gerente La Fête

 La coronación de reyes es un evento político que a lo largo de los siglos  ha  dado origen a pomposas celebraciones y a tradicionales banquetes, en los que como es de esperar se exhibe una enorme variedad y cantidad de alimentos.  El chocolate siempre ha sido parte infaltable del menú en esas celebraciones, por ejemplo, en la entronización del rey Luis XV de Francia en agosto de 1810 se consumieron 680 kilos.

Pero la pasión viene de mucho antes. Guillermo III, rey de Inglaterra fue un verdadero amante del chocolate. Él llegó a la isla desde Holanda en 1869,  en su país  la costumbre de consumir chocolate ya estaba bastante arraigada, por lo que él trajo el hábito a su nuevo reino y construyó cocinas especiales para fabricarlo en el palacio de Kensington, en el castillo de Windsor y también en Hampton Court.

Fue por prescripción médica y no solamente por gusto que sus sucesores también lo consumieron en abundancia debido a que el doctor Hans Sloane, el médico que atendía a sus altezas, había conocido el chocolate en los años en que vivió en Jamaica y allí se enteró de sus propiedades saludables. Sloane mejoró su sabor mezclándolo con leche, la fórmula que se mantiene hasta hoy

 Los reyes Jorge I y Jorge II, quienes sucedieron a Guillermo III, mantuvieron la chocolatería real  y fue precisamente el primer Jorge quién hizo famoso a Thomas Tosier, su chocolatero personal. Tosier adquirió tan alto prestigio en la Corte, que ostentaba una posición privilegiada dentro de la Casa Real, llegando a tener el honor de su propia habitación en el palacio.

Curiosamente el año 2014 la famosa cocina para elaborar chocolate volvió a salir a la luz puesto que, para  para conmemorar los 300 años de la llegada de los reyes Jorge de Hannover a Inglaterra,  los palacios de Hampton Court y Kensington tras una rigurosa investigación y  restauración fueron  reabiertos al público. Entre los aposentos recién descubiertos se encontraba en Hampton Court, y en óptimas condiciones, la cocina chocolatera real. Este descubrimiento a algunos les puede parecer insólito, pero es perfectamente posible si su palacio cuenta  también con 1.600 habitaciones.

Hoy en día la dependencia que fue construida para Guillermo III y su esposa María en torno a 1689, es la única cocina real de chocolate que aún existe en toda Gran Bretaña. A la fecha se ha convertido en un paseo turístico y quienes hacen visita pueden incluso copiar una receta de chocolate de la época georgiana y ver en directo cómo se preparaba el cacao.

Por eso ahora, en este mes que estamos próximos a celebrar el día del padre, y ya que aprendimos lo mucho que la realeza aprecia el chocolate, podemos inspirarnos y salir a comprar uno de regalo para darle al papá ese día y homenajear de esa forma al “rey de la casa”.

 

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