CEAZA desarrolla sensores de bajo costo para mejorar el monitoreo de nieve en la cordillera

Estos nodos tienen una ventaja clave: “cuestan unas cinco veces menos que una estación meteorológica tradicional que haría lo mismo».
La disponibilidad de agua en la Región de Coquimbo depende, en gran medida, de lo que ocurre en la cordillera. Allí se acumula la nieve que, al derretirse, alimenta los ríos y embalses durante el año. Sin embargo, medir con precisión lo que sucede en esas zonas altas sigue siendo un desafío: la logística es costosa y las condiciones de acceso, extremas.
En respuesta a este problema, el área meteorológica del Centro Científico CEAZA está desarrollando nuevas tecnologías que buscan ampliar el monitoreo a menor costo y con mayor eficiencia.
“Tenemos una red de estaciones meteorológicas que cubre de costa a cordillera, pero en altura es muy caro y complejo instalar equipos. Por eso hemos comenzado a diseñar nodos experimentales que miden variables como temperatura del aire y altura de nieve”, explicó Cristian Orrego, coordinador del área meteorológica de CEAZA.
Estos nodos tienen una ventaja clave: “cuestan unas cinco veces menos que una estación meteorológica tradicional que haría lo mismo y, además, son más livianos, lo que facilita la logística para desplegar una red en la cordillera”, agregó Orrego.
El objetivo es aumentar la cantidad y calidad de información para alimentar los modelos de gestión hídrica que proyectan, por ejemplo, el caudal de los ríos en los meses siguientes.
Tecnología a escala reducida
El diseño electrónico de los equipos también se ha adaptado a las condiciones extremas de la montaña. “Estamos buscando que los dispositivos sean lo más pequeños posible. En Chile tenemos terrenos muy escarpados, a 4.000 o 5.000 metros de altitud, por lo que el tamaño y el peso son fundamentales”, señaló Francisco Vega, ingeniero electrónico de CEAZAMet.
En los talleres del centro, se trabaja en versiones compactas y portátiles que permiten probar las capacidades de los sensores antes de instalarlos en terreno. “Este nodo mide variables como temperatura y altura de nieve. Es súper portátil, pensado para que podamos transportarlo de manera fácil, cómoda y segura”, explicó Diego Morales, técnico de estaciones meteorológicas.
Mirando hacia el futuro de las cuencas
El impacto de estos desarrollos va más allá de la recolección de datos en tiempo real. Según Eduardo Yáñez, profesional del área de Glaciología de CEAZA, la información permitirá también proyectar escenarios a futuro: “Con los datos actuales que aportan los nodos y sumando modelos climáticos globales, podemos visualizar cuál será el estado de las cuencas bajo condiciones futuras”.
La apuesta de CEAZA busca así fortalecer la gestión hídrica en un contexto marcado por la incertidumbre climática. Con sensores más pequeños, baratos y resistentes, la ciencia espera acercar la cordillera a los modelos que permiten anticipar y planificar el uso del agua en la región.